El portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, exigió al Consistorio hispalense que actúe en El Juncal, convertido en "un barrio dejado, sucio y degradado", porque "no existe para su alcalde, no aparece en los planes de limpieza, no se vacían las papeleras, ni se puede cruzar ni andar sin clavarse una rama".
En su visita al barrio, Zoido destacó que en El Juncal, "a escasos metros de Nervión y a pocos del Prado, viven más de 5.000 personas", pero "hay calles por las que nunca entre Lipasam porque ni siquiera aparece en el mapa de limpieza".
Así, lamentó que los vecinos "no pueden ni echar un papel a la papelera porque rebosan después de semanas sin vaciar", además de que "no pueden cruzar de acerar a acera por la invasión de coches", cosas que "aunque parezca imposible, están pasando".
"El barrio es una maravilla pero el abandono y el paso del tiempo lo están convirtiendo en un barrio dejado, sucio, degradado y con unos vecinos que ya no pueden más", advirtió el portavoz popular, quien lamentó que para el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, "este barrio no existe".
En este sentido, concretó que "por no existir no aparece ni en el mapa de baldeo de Lipasam, por eso los operarios no limpian esta calle, porque es que para los servicios municipales ni existe", a lo que añadió que "hay miles de sevillanos pasando todos los días por aquí con el miedo de que se le caiga una rama encima después de que ya haya pasado".
Para Zoido, "lo que hay que hacer es prevenir y no dejarlo estar para luego lamentarse, que es lo que este gobierno municipal hizo en Hytasa, hizo con el carril bici de Pablo VI y ahora con las obras de San Jacinto, donde una monja ha sufrido un accidente días después de que el PP alertara con los padres del peligro de las obras".
"Aquí también hay peligro y hay que solucionarlo, agregó el edil popular, quien añadió que "los parterres están llenos de suciedad acumulada de hace años y las papeleras rebosando después de varias semanas sin vaciar", aunque aclaró que "no pueden echarle la culpa a los operarios de Lipasam, porque ellos lo dicen muy claramente, es un problema de organización del trabajo desde la dirección, falta planificación en los despachos como siempre".
De igual modo, señaló que "el aparcamiento es como en la mayoría de los barrios un problema y, para evitar estacionamientos indebidos, se instalaron unos bolardos que hoy no existen y que no se han repuesto". Además, aseguró que "se da incluso el caso de no poder ni cruzar de acera a acera por la invasión de coches mal aparcados".
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